ENIGMAS DEL PODER,
INFORME GEOESTRATEGIA
INFORME GEOESTRATEGIA
1 DE ABRIL DE 2007,
por José Jesús Villa Pelayo y Gilberto Merchán.
por José Jesús Villa Pelayo y Gilberto Merchán.
En el momento en el que se transmite este programa, en plena Semana Santa, todo parece indicar que las fuerzas estadounidenses apostadas en el Golfo Pérsico se disponen a lanzar un ataque masivo contra instalaciones militares e industria nuclear iraquí. El martes, 27 de marzo, la Armada de los Estados Unidos emprendió ejercicios militares simulando maniobras de ataque frente a la costa de Irán.
Este grave riesgo de ataque ha cobrado fuerza durante las últimas horas, de acuerdo con informes de la inteligencia militar de Rusia, difundidos por la Agencia noticiosa RIA-NOVOSTI. Se llamaría Operación Mordisco [Bite].
De acuerdo con otras fuentes, el ataque podría ser lanzado también por fuerzas israelíes. Se trataría, en este caso, de un ataque suicida.
El peligro de ataque se fundamenta en tres datos primarios:
1) La enorme concentración de fuerza militar en el golfo pérsico, muy similar a la de marzo del año 2003, fecha en la que se lanzó el ataque militar contra Irak.
2) La extraña terquedad del Presidente Bush y del vicepresidente Dick Cheney en desafiar al Congreso y a la opinión pública de los Estados Unidos e insistir en mantener las tropas en Irak
3) El no menos extraño y profético fundamentalismo religioso del que hacen gala hoy tanto los sectores más extremos del Partido Likud, en Israel, como el mismo presidente Bush y los neoconservadores que lo han acompañado. Este aspecto de la situación en Irán aporta un elemento muy inquietante de irracionalidad que hace temer lo peor.
La captura de 15 marineros británicos por fuerzas iraníes en el golfo, bajo acusación de haber violado el territorio iraní, añade leña al fuego y coloca la situación en un punto de real peligro. La televisión iraní ha mostrado a algunos de estos efectivos ingleses, que presuntamente habrían confesado el haber incursionado voluntariamente en aguas iraníes.
El Reino Unido se niega a aceptar esta versión y las últimas informaciones hablan de un ruptura total de las conversaciones con Irán excepto aquellas dirigidas a liberar a los prisioneros.
¿Se producirá el Viernes Santo, el día 6 de abril, en la madrugada, el ataque masivo sobre territorio iraní?
Hay quienes afirman que esto es inevitable, entre ellos los rusos.
¿Estarán cayendo los estados Unidos en una hábil trampa tendida por sus adversarios geopolíticos?
¿Un ataque masivo sobre Irán no pudiera desencadenar una situación de guerra generalizada en el Medio Oriente, que significará a su vez una escalada descomunal de los precios del petróleo y una situación de enfrentamiento militar de Estados Unidos en la región?
Irán ya ha anunciado que de producirse un ataque contestará en escenarios militares en todo el mundo.
Una posibilidad aterradora para los estados Unidos y una insurrección –también masiva- de las fuerzas chiítas en Irak. En tal eventualidad, no habría fuerza capaz de detenerla y la derrota definitiva de los anglonorteamericanos es ese país estaría contada. Es una hipótesis.
Un dato importante de esta situación es el del costo de la guerra. Fuentes militares de los mismos Estados Unidos han alertado sobre la imposibilidad de financiación de un conflicto más intenso en el Medio Oriente. Una incursión militar –aérea- aislada no puede garantizar que el conflicto no se extienda en el tiempo y en el espacio. Ya el gobierno de los Estados Unidos confronta serios problemas para costear las operaciones militares en Irak.
Si las fuerzas anglonorteamericanas pudieran contar con que un ataque aéreo contra instalaciones nucleares iraníes no provoque una situación de guerra más intensa y generalizada, la posibilidad del ataque sería clarísima, como sucedió en Yugoslavia y en el mismo Irak.
Por otra parte, siempre existe el riesgo de masivos ataques misilísticos iraníes a posiciones militares estadounidenses en el golfo y en Irak e incluso en Israel.
También parece algo debilitado la poción militar de Israel después del desastre del Líbano, con el Hezbollah.
Tampoco Estados Unidos puede contar hoy con el apoyo de países como Turquía, Pakistán o la misma Arabia Saudita en un eventual esfuerzo de guerra contra Irán. El rey saudita ya ha exigido la retirada de las fuerzas anglonorteamericanas de Irak, y la Liga Árabe ha tomado un nuevo impulso, hasta el punto de que ha planteado una férrea negociación a Israel, por primera vez en muchos años: retirada de los altos del Golán, Cisjordania, etc., a cambio del reconocimiento de su existencia.
Mientras tanto, en los mismo Estados Unidos, la disputa en torno a Irak está que arde. El sábado, el presidente Bush recriminó duramente a los demócratas por la exigencia de una retirada de Irak. “Shame on you” [Verguenza], les dijo. Anteriormente, había tildado de arbitraria la fecha fijada por los demócratas para la retirada, en marzo de 2008.
Este grave riesgo de ataque ha cobrado fuerza durante las últimas horas, de acuerdo con informes de la inteligencia militar de Rusia, difundidos por la Agencia noticiosa RIA-NOVOSTI. Se llamaría Operación Mordisco [Bite].
De acuerdo con otras fuentes, el ataque podría ser lanzado también por fuerzas israelíes. Se trataría, en este caso, de un ataque suicida.
El peligro de ataque se fundamenta en tres datos primarios:
1) La enorme concentración de fuerza militar en el golfo pérsico, muy similar a la de marzo del año 2003, fecha en la que se lanzó el ataque militar contra Irak.
2) La extraña terquedad del Presidente Bush y del vicepresidente Dick Cheney en desafiar al Congreso y a la opinión pública de los Estados Unidos e insistir en mantener las tropas en Irak
3) El no menos extraño y profético fundamentalismo religioso del que hacen gala hoy tanto los sectores más extremos del Partido Likud, en Israel, como el mismo presidente Bush y los neoconservadores que lo han acompañado. Este aspecto de la situación en Irán aporta un elemento muy inquietante de irracionalidad que hace temer lo peor.
La captura de 15 marineros británicos por fuerzas iraníes en el golfo, bajo acusación de haber violado el territorio iraní, añade leña al fuego y coloca la situación en un punto de real peligro. La televisión iraní ha mostrado a algunos de estos efectivos ingleses, que presuntamente habrían confesado el haber incursionado voluntariamente en aguas iraníes.
El Reino Unido se niega a aceptar esta versión y las últimas informaciones hablan de un ruptura total de las conversaciones con Irán excepto aquellas dirigidas a liberar a los prisioneros.
¿Se producirá el Viernes Santo, el día 6 de abril, en la madrugada, el ataque masivo sobre territorio iraní?
Hay quienes afirman que esto es inevitable, entre ellos los rusos.
¿Estarán cayendo los estados Unidos en una hábil trampa tendida por sus adversarios geopolíticos?
¿Un ataque masivo sobre Irán no pudiera desencadenar una situación de guerra generalizada en el Medio Oriente, que significará a su vez una escalada descomunal de los precios del petróleo y una situación de enfrentamiento militar de Estados Unidos en la región?
Irán ya ha anunciado que de producirse un ataque contestará en escenarios militares en todo el mundo.
Una posibilidad aterradora para los estados Unidos y una insurrección –también masiva- de las fuerzas chiítas en Irak. En tal eventualidad, no habría fuerza capaz de detenerla y la derrota definitiva de los anglonorteamericanos es ese país estaría contada. Es una hipótesis.
Un dato importante de esta situación es el del costo de la guerra. Fuentes militares de los mismos Estados Unidos han alertado sobre la imposibilidad de financiación de un conflicto más intenso en el Medio Oriente. Una incursión militar –aérea- aislada no puede garantizar que el conflicto no se extienda en el tiempo y en el espacio. Ya el gobierno de los Estados Unidos confronta serios problemas para costear las operaciones militares en Irak.
Si las fuerzas anglonorteamericanas pudieran contar con que un ataque aéreo contra instalaciones nucleares iraníes no provoque una situación de guerra más intensa y generalizada, la posibilidad del ataque sería clarísima, como sucedió en Yugoslavia y en el mismo Irak.
Por otra parte, siempre existe el riesgo de masivos ataques misilísticos iraníes a posiciones militares estadounidenses en el golfo y en Irak e incluso en Israel.
También parece algo debilitado la poción militar de Israel después del desastre del Líbano, con el Hezbollah.
Tampoco Estados Unidos puede contar hoy con el apoyo de países como Turquía, Pakistán o la misma Arabia Saudita en un eventual esfuerzo de guerra contra Irán. El rey saudita ya ha exigido la retirada de las fuerzas anglonorteamericanas de Irak, y la Liga Árabe ha tomado un nuevo impulso, hasta el punto de que ha planteado una férrea negociación a Israel, por primera vez en muchos años: retirada de los altos del Golán, Cisjordania, etc., a cambio del reconocimiento de su existencia.
Mientras tanto, en los mismo Estados Unidos, la disputa en torno a Irak está que arde. El sábado, el presidente Bush recriminó duramente a los demócratas por la exigencia de una retirada de Irak. “Shame on you” [Verguenza], les dijo. Anteriormente, había tildado de arbitraria la fecha fijada por los demócratas para la retirada, en marzo de 2008.
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