sábado, 9 de junio de 2007

ENIGMAS DEL PODER

INFORME GEOESTRATEGIA
3 de junio de 2007
por Gilberto Merchán y José Jesús Villa Pelayo

Volvemos sobre Freedom House. Una institución norteamericana cuyo nombre puede traducirse como la Casa de la Libertad.

¿Porque hablar de este tema y que quiere decir esto de la casa de la libertad?

Bueno, hay claros indicios que detrás del actual esfuerzo por desestabilizar la situación política en Venezuela, utilizando el tema de la libertad de expresión, se encuentra la mano de esta organización.

Freedom House, la casa de la libertad.

En realidad, con la fachada de la lucha por la libertad, esta organización estadounidense funciona como un instrumento ciego al servicio de los intereses de la política exterior de los Estados Unidos.

La libertad, en realidad, poco importa, bien sea la de expresión, o las libertades políticas, de lo que se trata verdaderamente es de utilizar estos temas para desprestigiar a los gobiernos y regímenes indeseables para el poder nacional angloamericano.

¿Como sabemos esto? ¿Se trata acaso de una suposición, de una hipótesis difícil de probar?

En absoluto. La historia de las acciones y el estudio de los procedimientos utilizados por Freedom House es hoy algo relativamente fácil de establecer.


La Historia, el origen se remonta a 1941, cuando Franklin Delano Roosvelt decide fundar una agencia gubernamental, en plena segunda guerra mundial, para coordinar los esfuerzos de guerra cultural y guerra psicológica, a partir de la idea de que los Estados Unidos defienden la sagrada causa de la libertad.

El enemigo principal, en aquella época, eran los nazis y los japoneses militaristas, y el énfasis de la propaganda se ponía en que estos países eran enemigos de la libertad. Esa misma libertad que era simbolizada por la famosa Estatua donada por Francia que se encuentra a la entrada del Puerto de Nueva Cork.

Esa estatua que ha querido se vista como el símbolo de los valores defendidos por los Estados Unidos como nación histórica.

Símbolo de una libertad que ha sido muchas veces prostituida.

Recordemos la inmortal frase de Bolívar: Los Estados Unidos parecen haber sido llamados por la Providencia a sembrar la América de miserias en nombre de la Libertad.

Y la idea de libertad se encuentra también en el imaginario, y por lo tanto en la propaganda, íntimamente vinculada a la idea de Paz.

Una Paz Americana que deriva del imperio de la Libertad Americana. Este es el orden soñado por los grandes estrategas estadounidenses de la guerra cultural.

Convencer al mundo que lo conveniente y lo superior, la cumbre del progreso humano es el establecimiento de una Pax Americana, adornada con los grandes valores de esta gran nación, campeona de la libertad y de la democracia y de los grandes valores de nuestra civilización.

Por supuesto que Estados Unidos jamás ha sido capaz, a pesar de sus esfuerzos, de imponer esta Pax americana en el mundo, una Pax que pretende asemejarse a la Pax Augusta, a la Pax Romana de los tiempos del Imperio de los césares, que si fue en verdad un orden civilizatorio genuino y duradero, a pesar de haber sido impuesta militarmente por las legiones romanas.

Ese es el modelo histórico.

Luego de la derrota de la URSS en la guerra fría, este sueño americano se fortaleció.

Audazmente, se intento en serio la construcción de un imperio Universal.

La antigua Freedom House cambió entonces de orientación y se adaptó a la nueva realidad histórica.

Ya no se trataba simplemente de ganar a la Alemania nazi la Guerra de propaganda mundial, ni de ganar la guerra fría, sino de cosechar el triunfo de la derrota soviética y ayudar a establecer el nuevo orden imperial que iba a reinar en el mundo. El orden de la globalización imperial de hegemonía norteamericana.

Este momento corresponde con el definitivo triunfo de la Revolución Conservadora, bajo Reagan.

De los viejos esfuerzos de guerra dura, invasiones y fomento de golpes de estado, como en Irán y en Chile, se pasa a un nuevo formato de revoluciones “pacíficas”. Arribamos a la era, todavía vigente de las revoluciones de terciopelo o revoluciones de colores.


El golpe de estado contra allende fue el último golpe moderno.

Pero supuso un cambio de modelo, de formato, con relación a los golpes de os años cincuenta: Guatemala, Irán, los cuales tuvieron un epílogo fracasado en Bahía de Cochinos.

Estos antiguos golpes combinaban la desestabilización interna, financiadas con fondos secretos norteamericanos, con una invasión o una intervención militar.

Este formato fracasó en Cuba en 1961.

Se toma la decisión en Washington, entonces, de acentuar los procedimientos de Guerra psicológica y cultural para preparar los desenlaces.

Se encargan estudios académicos para precisar el perfil de psicológico y cultural de las poblaciones y de sus élites. Se financian generosamente estos estudios realizados por universidades e investigadores de Venezuela, de Chile, de Colombia, etc., muy contentos de participar en estos estudios académicos.

Luego, cuando llega la hora, se utilizan los conocimientos adquiridos a través de estos estudios para desatar la guerra psicológica preparatoria, la guerra de ablandamiento para facilitar las operaciones militares duras, las matanzas, torturas y desapariciones.


Tal fue el formato del golpe contra allende.

Pero hacia finales de los ochenta la atención se fija en la desestabilización de los regimenes de Europa Oriental: Checoslovaquia, Alemania Democrática, Rumania, la Antigua Yugoeslava, la misma Rusia.


En estas experiencias se ensayan nuevos procedimientos, todo el arsenal de guerra psicológica y cultural almacenado durante cuarenta años de guerra fría, y muchos de los cuales ya habían sido utilizados por los nazis desde la década de los años treinta.

No en balde el mismo nombre de Casa de la libertad- Freedom House- había sido tomado de la institución que tenían los nazis para tal fin, la llamada BraunHoaus. La casa parda, la sede de la propaganda nazi de guerra.

Es la oportunidad también, después del fin de la guerra fría, en la que estados unidos puede darle a su poder un aspecto respetable, y puede lavar los trapos sucios de sus oscuras agencias de inteligencia. La CIA como paradigma de estas agencias.

El manual del perfecto golpe de estado latinoamericano, supone entonces dos modelos básicos: el modelo Chile, y el postmoderno modelo Georgia.

Chile y Georgia simbolizan dos modelos distintos de golpe dirigido y postmoderno.

Una diferencia fundamental del nuevo modelo postmoderno con relación al antiguo es el financiamiento público y abierto por parte de la NED, la USAID y la misma Freedom House de los aspectos suaves del golpe, con el pretexto de la defensa de la libertad.

Antes estos financiamientos eran secretos y ocultos, como en Chile, pero este modelo hizo crisis a raíz de la guerra de Nicaragua y del incidente Irán-contras.

El esfuerzo de guerra violenta, por supuesto, sigue siendo secreto, oculto, encubierto. Estos aspectos de las conspiraciones siguen manejándose con gran sigilo.

Y un segundo aspecto que caracteriza las revoluciones postmodernas de terciopelo es la utilización maestrea de los recursos mediáticos, la escenificación ante las audiencias internas y de todo el mundo, de verdaderas simulaciones de insurrección, con todos los ingredientes: Jóvenes estudiantes idealistas que desafían con toda la pureza de la juventud la represión de un régimen tiránico. Las escenas son siempre las mismas: jóvenes frente a ataques y policías, manos blancas con el símbolo de la paz, rostros juveniles poseídos por la pasión de la libertad,- Una plaza suele ser el centro de la lucha. Todo para favorecer al máximo el espectáculo televisivo, la difusión de imágenes evocadoras de la lucha de la libertad “contra la tiranía”. Los luchadores pueden ser los obreros, como en Polonia, o los estudiantes como en China o Irán. Lo importante, a fin cuentas, son las imágenes. Producir imágenes sugestivas. Tal es el cometido del esfuerzo minucioso de preparación de estas “revoluciones”.








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